sábado, 1 de septiembre de 2012

Borracheras y clásicos para toda la vida


Rainer Tuñón C.

Revisando en el vídeo club comedias para pasar la tarde de arranque sabatino desfilaron algunos ejemplos muy representativos para retratar algo de dipsomanía y pasión a través de la infalible comedia.
"Aquellos viejos tiempos", "Los rompebodas", ¿Y… dónde está el piloto?, "La fiesta inolvidable", "Animal House", ¿Qué pasó ayer?, partes I y II, entre muchos otros, son considerados como clásicos de la risa y la borrachera; sin embargo, cuando debemos darle un tratamiento solemne a la incisiva ingesta de alcohol, mejor revisemos algunos casos históricos en el cine, entre ellos:
Arturo, el millonario seductor, con el protagónico inolvidable de Dudley Moore -no la ridícula versión con Russel Brand- en el cual, el ebrio ricachón comparte un idilio con Liza Minelli mientras el show se lo roba Sir John Gielgud, quien obtuvo el Oscar al Mejor Actor de reparto.


Claro, existen otros filmes muy dignos de mención tales como: El Veredicto, de Sidney Lumet, en el cual Paul Newman interpreta a un abogado colgado de la botella, quien se activa en el caso de su carrera como hombre de ley; Bad Santa, con un alcoholizado Billy Bob Thorton que utiliza su disfraz para robar en centros comerciales; El maestro borrachón, el eterno rol de Jackie Chan que luego replicaría con JetLi en El reino prohibido; Cat Ballou, con un espectacular Lee Marvin en el rol que le valió el Oscar a Mejor Actor; Nick Nolte en Warrior, como el padre en recuperación que vuelve a caer presa de sus propios demonios cuando la discusión con uno de sus hijos lo empuja de vuelta a la bebida y Factotum, con Matt Dillon recreando las crónicas del poeta Charles Bukowski.

Si de clásicos se tratara, en definitiva Harvey con James Stewart (aunque no se le define si es propenso a la bebida o definitivamente con un estado mental inestable gracias a su relación con el conejo invisible), la poderosa Betty Davis en Whatever Happened to Baby Jane y definitivamente Richard Burton y Elizabeth Taylor en ¿Quién le teme a Virgina Woolf?

Eso sí, mis clásicas de borrachos por excelencia son:

Adiós a Las Vegas, con el carrito de súper llevado por un Nicolas Cage metido en su rol de ebrio a morir.

Entre copas, enología y borrachera mezclada con arranques de despecho y traviesos ganchos de infidelidad, con un acertado Pul Giamiatti.

Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra. ¿Quién mejor que Johnny Depp para aportar genialidad a un gran pirata y borracho como lo es el capitán Jack Sparrow?

Ironweed, o pareja que se emborracha unida, disfruta su propia depresión. Merryll Streep y Jack Nicholson dan lecciones de alcohol y pobreza, dirigidos por Héctor Babenco, y en definitiva, Barfly, de Barbet Schroeder, con los inigualables Mickey Rourke (Henry Chinanski, alter ego del poeta Charles Bukowski) y la mítica Faye Dunaway, aportando sus piernas al delicioso banquete visual entre copa y copa .

De esta gran película, que lamentablemente no se ve en DVD aún, me quedo con la siguiente reflexión: “Cualquiera puede ser un no borracho. Se requiere de un talento especial para ser un borracho. Se necesita resistencia. La resistencia es más importante que la verdad”.

Charles Bukowski.





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