miércoles, 14 de noviembre de 2018

Documental sobre Panama al Brown, buen “pitch” para una mega producción de cine


Rainer Tuñón C.

El cine documental está concebido para ser didáctico. Como expresión misma del cine, a través de la experiencia audiovisual, el público recibe información que aporta su realizador para tener un contexto histórico sobre un personaje, un acontecimiento trascendental, un movimiento de época o simplemente el aspecto que más le llame la atención al autor y le permita encontrar veracidad y compromiso social para beneficio de su entorno.

Así, el documental se constituye en la memoria audiovisual de cada cultura y, por ende, en uno de los registros que mejor ayudan a encontrar elementos que fortalezcan nuestro sentido de identidad. Es que nació con ese distintivo sólo por el hecho de recoger nuestra realidad y presentársela al ingenuo habitante terrenal que quedaba maravillado en ese momento, que luego pasó a la narrativa – ficción, y con la evolución misma del cine, a la producción audiovisual, como la conocemos hoy día.

Pese a que el cine mismo nació del documental, la respuesta del público con el paso de los años ha sido llevado a un plano donde comparte con el periodismo el puesto de compilador histórico por excelencia, pero relegado al rango académico, hasta marginarlo. Aún así, cada país aporta en su catálogo de producción audiovisual, una serie de documentales que ahora está siendo aplaudidos por un público que se interesa cada vez más por encontrar aspectos que los lleven a la verdad de las cosas.

En el caso panameño, este año se han difundido tres extraordinarios enfoques documentales que han sido éxito tanto de público como de crítica cinematográfica en las plazas en donde se han podido presentar. 
En el primero de los casos, la realizadora Delfina Vidal, se enfoca en Marta Matamoros, una auténtica líder sindical, conocida por haber fundado la Unión Nacional de Mujeres Panameñas y siempre referente obligado como sindicalista y abanderada de los derechos de la mujer.

Gracias a su condensado y eficaz relato con “La Matamoros”, el público que logró apreciar este documento de memoria histórica sobre las luchas por la conquista del salario mínimo y del fuero maternal en Panamá, que fueron parte de la vida de nuestra gran gestora del movimiento obrero.

Meses más tarde, le tocó el turno al director panameño Abner Benaim, que logra abrir la puerta de la casa de Rubén Blades para narrar con eficiente narrativa cinematográfica, detalles desconocidos en la vida privada del cantautor.

“Yo no me llamo Rubén Blades” es un registro necesario para entender y seguir aprendiendo sobre la historia de un panameño del mundo, pero al mismo tiempo, una de las figuras públicas más privadas de los últimos 50 años, gracias a un inusual tributo cinematográfico de un director y productor panameño que conoce su oficio en el formato de cine y un artista icónico que lleva a Panamá siempre en el corazón, que ambos aprovechan para entregar un testamento de vida y obra que deja abierta la puerta para un siguiente capítulo. 
Mientras tanto, en las últimas semanas, en la ciudad se habla de “Panama Al Brown: cuando el puño se abre”, documental de Carlos Aguilar, que se centra en la historia del boxeador colonense y que al mismo tiempo merece ser conocida entre todos los panameños, tanto por su legado boxístico (fue el primer latinoamericano en ganar un título mundial de boxeo; estuvo en el ranking de los mejores peleadores y estilistas del ring y, definitivamente, es nuestro primer gran campeón en la historia), como por el simple hecho de tratarse de un ciudadano de mundo, culto y enigmático, que sedujo e inspiró a una escena parisina en pleno apogeo cultural, con su encanto natural y extravagante estilo de vida.

En este caso, Aguilar ofrece a la cartelera local un prolijo retrato documentado sobre la vida del connotado deportista, a través del formato documental y el resultado es una pieza cinematográfica imprescindible que abre la ventana para que importantes productores cinematográficos se interesen por llevarlo al cine francés, británico o norteamericano.

El "pitch" (presentación breve de la historia que pueda lograr que algún inversionista de cine se motive a producir la película) para vender la película como mega producción parece ser sencillo en estos tiempos: Un habilidoso boxeador, hijo de un esclavo liberto, cuyo fuego apagaba con los puños en el cuadrilátero y encendía con pasión en los cabarets parisinos junto a la diva de ébano, Josephine Baker, el can can y las alegres fiestas de la época, se convierte, en un momento de derrotas boxísticas y demonios personales, en el objeto del deseo del afamado Jean Cocteau, quien enamorado de todo él, lo ayuda a recuperarse para una mítica revancha a 15 asaltos, esta vez con el apoyo de la diseñadora de modas Coco Chanel y los intelectuales galos. La determinación y el amor hacen que regrese triunfante a un combate de vida y muerte, dándole alegría a su Panamá con la victoria de un campeón para la historia mundial del box.
El trabajo de búsqueda y recopilación de datos hecho por Aguilar en la dirección del proyecto convierte al filme documental en un diamante bruto que puede abrirse como la gran joya del cine panameño. Aguilar, al final, gana por nocaut, rindiendo un digno tributo a nuestro colonense, a quien el Estado debería preocuparle más en cómo resaltar su grandeza.

La oferta documental que muestra Panamá se puede convertir en una importante oportunidad para vender a grandes productores historias frescas sobre fenómenos globales que salieron de una franja canalera que sigue motivando al mundo entero con lo que ofrece. El cine es una expresión creativa que bien concebida puede convertirse en un pilar en la economía del país.

Queen: el tributo cinematográfico que mueve a millones en el mundo


Rainer Tuñón C.

El estreno de “Bohemian Rhapsody”, drama biográfico sobre la agrupación británica de rock Queen, se ha convertido en un inusitado fenómeno mediático y de marketing de contenidos, a propósito de su legado musical que pasa de generación en generación y se esparce por todas las plataformas digitales.

Los números del filme hablan por sí solos. Su presupuesto fue de 52 millones de dólares y a pocas semanas de estreno en 4 mil salas de cine, ha recaudado más de 290 millones de dólares a nivel global, con lo que se espera alcanzar o superar la marca del reciente estreno de “Nace una estrella”, protagonizada por Lady Gaga y dirigida por el actor Bradley Cooper, de acuerdo con los registros del sitio www.boxofficemojo.com, especializado en análisis de data de las películas que se estrenan en el mundo.

Pero existen otros datos interesantes sobre la banda. Según estudios realizados desde el 2010, existen más de 12.225 sitios web dedicados a bootlegs (ediciones do autorizadas de libros y/o materiales audiovisuales) del grupo, el mayor número para cualquier banda de rock en la historia y las ventas de sus discos aumentaron a más de 200 millones en el planeta, sin contar el posicionamiento de la música de la banda sonora de esta película que dirige el estadounidense Bryan Singer.

Sin embargo, existen opiniones divididas en cuanto al resultado del filme sobre la banda de “arena/glam rock ", y su extraordinario vocalista, Freddie Mercury, un barítono (se creía que era tenor) que llegó a alcanzar frecuencias de más de 117,3 Hz y es considerado hoy por hoy el mejor vocalista de rock de todos los tiempos.

Por un lado, se aplaude la elección del actor Rami Malek (Mr. Robot) en el protagónico, pues es sin duda uno de los principales aciertos de este drama dirigido por Singer ("Los Sospechosos de siempre” y la serie de películas sobre los “X-Men”), que según se diera a conocer recientemente a través de la revista Cinemanía, el cineasta fue despedido por conductas erráticas que incluían tardanzas o ausencias al set de filmaciones, que provocaban cambios al plan de rodaje, y discusiones con el protagonista. De hecho, la película fue terminada por el actor y director británico Dexter Fletcher (que también es productor ejecutivo), quien se encuentra finalizando la dirección de "Rocketman", un biográfico sobre la leyenda de la música pop británica, Sir Elton John.

Asimismo, el trabajo en la edición a cargo de John Ottman (frecuente colaborador de Singer en sus proyectos) y la recreación del concierto de Live Aid de 1985 en el estadio de Wembley -considerada como una las mejores actuaciones de rock en la historia de la música-, que junto al impecable talento de Gwilym Lee (con los mismos registros de Brian May) y Lucy Boynton (como Mary Austin, el primer gran amor de Mercury) hacen que la película y su música se ganen al público con aplausos y un “encore”.

Argumentalmente hablando, la relación entre Brian May, Roger Taylor y John Deacon, los otros miembros de Queen, ha sido trabajada de manera sutil y muy respetuosa, incluso cuando las imprecisiones históricas se hacen evidentes para darle solemnidad y drama al relato, así como la forma cómo abordan la homosexualidad de Mercury, entendiendo que se trata de un filme para mayores de 13 años, en presencia de un adulto responsable.

Ahora, hay otro público que siente que se trata de un poco profundo "biopic" sobre las complejidades de un genio víctima del etiquetado y producto empacado por una sociedad de consumo que esperaba de él que se convirtiera en una figura más del mundo del entretenimiento y no necesariamente en la leyenda que se ha cimentado con el paso del tiempo. Otros percibieron que si acentuaban en la trama su orientación sexual, encontrarían un mejor clímax.

Independientemente de esto, Eso sí, hay algo muy particular que hace que "Bohemian Rapsody" funcione para todos: la música de Queen. No se puede negar que el Libro de récords Guinness tiene a la banda en el pináculo de estrellas británicas de la historia, pues sus discos, 18 de estudio en total, han estado más de 26 años en las listas álbumes del Reino Unido, y cada uno de sus integrantes ha compuesto un éxito dentro de ese catálogo de éxitos.

Entre datos y trivias de la época, el disco de “Grandes Éxitos” sigue siendo el más vendido en el Reino Unido y todas las escuelas de rock del planeta estudian la herencia musical de la banda que ha superado ventas por más de 103,9 millones de discos en el mundo.

De igual manera, queda claro que el rock es la fuerza que sigue moviendo a generaciones por décadas y tras el éxito comercial global de la película “Rapsodia Bohemia”, el público queda con el entendido que Farrokh Bulsara es el mejor cantante de rock y un artista que seguirá cautivando a generaciones por ese poderoso registro y su completa libertad musical.

Queen es el artista número 52 entre las 100 más importantes de todos los tiempos, según la revista Rolling Stones y el tributo cinematográfico que se produjo reafirma ese poder musical. Me preguntaron recientemente que si me gustó la película. La respuesta fue “sin duda”, aunque tengo en mi lista de películas musicales con resultados más integrales a: "Ray", de Taylor Hackford; "Walk the Line", de James Mangold; "Amadeus", de Milos Forman; "Bird", de Clint Eastwood y "Straight Outta Compton", de F. Gary Gray, pero es inevitable cantar y bailar al ritmo de esa gran banda de rock de todos los tiempos.

El Monstruo Leñador, asesino de sicópatas

Rainer Tuñón C. La navegación sin rumbo fijo entre títulos del catálogo de Netflix nos lleva a encontrarnos con inusitadas curiosidades. Apa...