sábado, 27 de julio de 2013

¿Qué pasó ayer 3? Secuelas lamentables


Rainer Tuñón C.

La tercera parte de la comedia de enredos “¿Qué pasó ayer?” termina de una vez por todas una archifamosa saga de conocidos e irresponsables treintañeros que sobreviven a través de las más inusitadas situaciones luego de una noche de parranda, alcohol, sexo, drogas y rock 'n roll. Esto no quiere decir, sin embargo, que sea una pésima película; lamentable e innecesaria, definitivamente.

¿Qué fue lo que extrañamos en este filme?: locuras verdaderas, desnudos gratuitos, estilo “raunchy” e irreverente. En esta entrega, los involucrados cayeron presa de un enfoque negrísimo que no incomoda, pero requiere de más calor y sazón para divertir como debe ser.

Se puede rescatar del capítulo final de la saga creada por Todd Phillips (“Aquellos viejos tiempos”) es la peculiar relación entre Allan (siempre efectivo Zack Gallifianakis) y el amoral e irreverente Leslie Chow (Ken Jong, brillando con luz propia) o el intercambio amatorio entre Allan y Cassie (Melissa McCarthy), aquella dulce y grosera dueña de la casa de empeños que se convierte en la media toronja del desventurado gordinflas.

El inicio de esta tercera película nos lleva a una secuencia de fuga que mezcla, sin mayores pretensiones, las odiseas carcelarias tipo Van Damme, Cruise, Seagal junto con el efecto de “Sueños de fuga”, de Frank Darabont, para contarnos que Chow se escapa de prisión y se convierte en el epicentro de las desgracias del “wolfpack”, que en esta ocasión debe ayudar a uno de sus miembros que dejó tomar su medicamento y sufre por la muerte de su progenitor (previa decapitación de jirafa).

A partir de ese momento la manada del desorden hace su servicio social, pero es secuestrada por un matón que ubica a Allan como la única persona que puede encontrar a Leslie, quien le robó 21 millones de dólares en lingotes de oro.

La nueva misión lleva al grupo hacia Tijuana y Las Vegas - capitales del pecado- pero no nos hacen experimentar más de lo que nos hizo reír a carcajadas en las anteriores cintas. Eso sí, los guionistas trataron de ubicar algún chistecito, pero definitivamente sin su “punchline”, dejando relegados en segundo plano a Bradley Cooper, Ed Helms y Justin Bartha, quienes parecen acompañar a Jong y a Gallifianakis, los verdaderos protagonistas.

Sin embargo, al final de esta trilogía, que no parte de la premisa de una despedida de solteros como en ocasiones anteriores, queda la sensación de haber estado en una alocada fiesta sin haberse tomado un solo trago de licor.

Por lo demás, sólo mencionar que son evidentes los hilos conductores que relacionan a los personajes con sus aventuras anteriores; un villano (John Goodman) del cual no supieron aprovechar su gran talento y la ausencia de todo lo escatológico, vulgar, soez y picante de sus entregas anteriores. Debieron convocar a Mike Tyson nuevamente, él es un miembro más del infame "wolfpack".

Una sana recomendación: Buscar en Youtube "comedias malas ochenteras" con el tinte de la primera película de esta serie sobre despedidas de soltero, que aunque imperfecta (debió incluir en ella lo que la segunda sí aporta), esta y otras aventuras pasadas de tono, son lo que el público inmaduro espera cuando avisan que realizarán comedias para audiencia adulta y de proporciones épicas, para que al final digan con ganas: ¡Viva el cine burdo y chatarra!


Cuando los Nobles arrasan con ganas


Rainer Tuñón C.

La premisa del filme mexicano "Nosotros los Nobles" es sencilla. Papá poderoso finge estar en bancarrota para dar lección de vida a sus caprichosos hijitos. La lección, aprendida. Vástagos caprichositos aprenden a trompadas que hay que defenderse en la vida con lo que tengan y, de paso, dan lección de humanidad a poderoso papá.

El resultado de este ejercicio se resume en la alegría de más de 7 millones de personas -sólo en México - que reventaron la piñata de la taquilla que normalmente se entrega a las películas estadounidenses gracias a una comedia ligera, pero con mucho corazón, tras recaudar los nada despreciables 24 millones de dólares para una película que costó cerca de 2 millones de dólares e invirtió un millón más para publicidad y mercadeo.

¿Cómo lo lograron? Con un buen producto, gente enfocada en aquello de "ganar-ganar", tremendo golpe de marketing que incluyó lo viral, la guerrilla, lo comunitario del mundo digital, las redes sociales y "tantito" más de suerte.

La edición mexicana de la revista Forbes, una de las más influyentes en el mundo de los negocios en la región, dedicó un análisis a lo que consideraron "un éxito inesperado", resaltando que la película "terminó por convertirse en un hito comercial en el cine mexicano".

Detrás de "Nosotros los Nobles", las películas más taquilleras del cine mexicano son: "El crimen del padre Amaro", de Carlos Carrera, con Gael García Bernal y Ana Claudia Talencón y "Una película de huevos", con la voz de Bruno Bichir, así como "Rudo y cursi", con Diego Luna y García Bernal.

El filme recaudó más de 340 millones de pesos mexicanos.
La historia, protagonizada por el veterano y muy respetado actor Gonzalo Vega ("Cuna de lobos"), nos lleva a conocer al patriarca viudo de una familia adinerada, que compensó el dolor de la pérdida consintiendo a sus tres hijos.

Pasaron los años y al darse cuenta de que sus muchachos son el estereotipo de los chiquillos ricachones que se ven en "jet-set", arma un plan de emergencia para que ellos entiendan de la manera más dura que todo en la vida se consigue con esfuerzo y sacrificio.

Con una mezcla de comedias a la "Trading Places" de John Landis, aquella que hicieron Dan Aykroyd, Jamie Lee Curtis y Eddie Murphy, algunas pizcas de "Greedy" de Jonathan Lynn, con Kirk Douglas y Michael J. Fox o "Que suerte perra", la fallida comedia de Mel Brooks y ciertas licencias del cine y las telenovelas mexicanas, "Nosotros los Nobles", engancha de inmediato con la audiencia cuando logra interactuar entre las clases sociales, sin faltar el respeto de ninguna de ellas.

En términos de volumen de negocio para la industria del cine, México es considerada una plaza importante en cuanto a niveles de audiencia, detrás de Estados Unidos, India y China, con lo cual un éxito de taquilla como el de "Nosotros los Nobles" puede ser rentable para un modelo de negocio por encima de los paradigmas del cine mexicano.

Posiblemente la clave del éxito estará en la mano de quien encuentre un producto que provoque la ignición con el público. En las producciones locales, los mexicanos no han gozado de la mejor suerte. 

De acuerdo con lo publicado por el periodista de Forbes México, Rogelio Segoviano, a pesar de producir 65 filmes por año, las recaudaciones del 68% de estos no llegaron a obtener más de 200 mil dólares en la taquilla por película.

Para el director de "Nosotros los nobles", Gary Alazraki, la tarea no fue nada fácil. Con la historia planteada y el guión hecho, se dispuso a presentar su proyecto. La realidad es que nadie invertiría 1.4 millones de dólares para meterse en un proyecto, caso que nos hizo recordar la hazaña panameña de Abner Benaim con "Chance". 

Ahora, la legislación mexicana sobre cine le permite a la empresa privada aportar hasta un 10% del pago de su impuesto sobre la renta, ofreciendo un tope de hasta 20 millones de nuevos pesos mexicanos.

Conocido el incentivo, el creador se dispuso a hallar mecenas de su proyecto. Hecho el "trailer" y metido en su iPad, comenzó la venta de la idea para conseguir quién patrocine su sueño. Luego de un año, se hizo realidad, no sin antes haber participado junto a muchos proyectos cinematográficos, en la puja por este incentivo.

De acuerdo con el análisis, con las ocho semanas de filmación y un proceso de edición de 16 semanas, el siguiente paso era encontrar una distribuidora que además invirtiera cerca de 750 mil dólares en copias y gastos de marketing y publicidad.

Una vez estrenado el filme, y recuperando el dinero invertido en los gastos de publicidad y marketing, un 20% de la ganancia iría para la distribuidora. En relación la taquilla, los exhibidores tendrían una ganancia del 55% sobre la venta de los tiquetes. Con el 45% restante se pagan los gastos de inversión de marketing y publicidad y la ganancia se reparte en un 80 por ciento para los productores y el resto para la distribuidora.

Al final, la ópera prima de Gary Alazraki cumplió con su cometido: se robó el corazón de los mexicanos, negoció la posibilidad de hacer un "remake" para Estados Unidos, China e India, logró el margen de ganancia necesario para hacer una segunda parte y tiene altas posibilidades de convertirse en una serie de televisión tipo comedia de situaciones ("sitcom"). Sólo esperamos que pronto en Panamá se dé la oportunidad para disfrutar de este noble esfuerzo del cine mexicano, mientras llegan sus copias en "dvd", "blu ray" y "flixter".


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Rainer Tuñón C. La navegación sin rumbo fijo entre títulos del catálogo de Netflix nos lleva a encontrarnos con inusitadas curiosidades. Apa...