lunes, 20 de diciembre de 2010

Cuando el cine malo importa "buco"

Rainer Tuñón C.
¿Será que uno nace con el gusto exquisito por disfrutar de muy malas películas? Creo que pocas personas han contestado a ello porque se resisten a ver pésimo cine. Es que, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre pagar para ver una vaina que no sirve para nada?

Confieso que disfruto ver cine muy malo, ya sea en salas de la localidad, alquilando en un videoclub o en a través de canales por cable o satélite.

En cualquiera de los escenarios, puedo decir que del cine clásico de los años cincuenta me quedo con “Glen o Glenda” y “Planet 9 from outer space”, de Ed Wood, única y exclusivamente si se ven antes o después de “Ed Wood”, de Tim Burton; "Robot Monster" (jamás la vi en 3D), un clásico que se ha ganado a pulso el título de lo peor de lo peor de esa época, a pesar de contar con música del mítico Elmer Bernstein y “El conquistador”, producida por Howard Hughes (le achacaron la muerte de gente de su producción y elenco por filmar en una zona de exposición atómica) y protagonizada por John Wayne haciendo de Genghis Khan, Agnes Moorehead y Pedro Armendariz.

De la década de los sesenta - y gracias a la magia de la cajita misteriosa cambia canal – tuve la suerte de presenciar un fenómeno inigualable:

“Santa Claus conquista a los marcianos”, aunque creo que la superan “La bestia de Yucca Flats” (ahí sale el gran Tor Johnson, uno de los favoritos de Ed Wood), “Monster a go-go” y "Manos: The hands of Fate", con la recurrente trama de una familia aterrorizada que visita una casa habitada por miembros de un culto polígamo. Claro está que de la década de los setenta y ochenta, guardo en el recuerdo lo mejor de lo peor de Latinoamérica, desde los desnudos de Isabel Sarli hasta el cine de “traileras”, narcos y pícaros, las chanchadas brasileñas, la comedia erótica francesa o italiana, el cine sexy-picante de Argentina y México o el cine B, D, Z y demás subgéneros de explotación que abundaron entre Estados Unidos e Italia.


De esa época, no nos olvidemos una peliculita de Gore Vidal titulada “Myra Breckinridge”, con Raquel Welch y Farrah Fawcett, que en su momento fue catalogada como una soberano basurón de muy mal gusto.

En los años ochenta, definitivamente hay títulos inolvidables. Uno de ellos es “Howard el pato”, basado en un personaje del universo Marvel, pero totalmente fuera de contexto histórico en cuanto al género.

De esa misma década vale mencionar una pésima imitación de E.T. titulada “Mi amigo Mac”, la cuarta y última parte de “Tiburón”, la comedia de Bill Cosby, “Leonard, parte VI” y cualquier película con Bo Derek (desde "Tarzán", "Bolero" hasta aquella de “Los fantasmas no lo pueden hacer", con Anthony Quinn).

En los noventa, ufff, hay muchas malas cosas que vimos y despreciamos en su momento. Sylvester Stallone en “Para o mi mamá dispara”; la segunda parte de “Highlander” (interesante cómo se destruye una franquicia que apuntaba a tener éxito tras éxito); la segunda parte de Troll (la primera era muy mala), una basura llamada “Pocket Ninjas”, con Robert D’Zar; “Snowboard Academy”, con Corey Haim, Brigitte Nielsen y Jim Varney (aquel Ernest de las malas películas); la segunda parte de “The Lawnmower man” y definitivamente “Cool as Ice”, con Vanilla Ice.


Se me olvidaba, existen dos chatarras que a mi juicio son películas de culto que traspasan la frontera de lo malo y se convierten en imprescindibles: “Simon Sez”, con el basquetbolista Dennis Rodman; “Striptease”, aquel mega desastre con Demi Moore y “Showgirls”, una exquisitez de Paul Verhoven (“Robocop”, “Bajos Instintos”).

A medida que pasan los años, las malas películas se apoderan de las pantallas y en los últimos diez años hay clásicos para todas las edades, destacándose: “Anus Magillicutty”, la secuela de “Baby Geniuses”, “Zombie Nation”, “From Justin to Kelly” (con esos American Idols), “The hottie and the nottie”, “House of dead” o “Alone in the dark”, de Uwe Boll (cualquier película de este director ya de por sí es muy mala); “Glitter” con Mariah Carey y “Gigli” con Jennifer López; el “Hijo de la máscara”, la segunda parte de “Bajos Instintos” y “American ninja V”.

Eso sí, lo muy malo tiene un límite y es cuando no te aguantas ni 20 minutos de estas películas en un cine o en la comodidad de tu casa, porque antes de verlas han levantan algún perfil publicitario y apenas se estrenan son unos soberanos... entre ellos:

1. Batalla en la Tierra (con John Travolta y Forest Whitaker)

2. El cartero (con Kevin Costner)

3. Las aventuras de Pluto Nash (con Eddie Murphy)

4. Ballistic: Eck vs. Sever (con Antonio Banderas y Lucy Lu)

5. Gatúbela (con Halle Berry y Sharon Stone)

No hay comentarios:

El Monstruo Leñador, asesino de sicópatas

Rainer Tuñón C. La navegación sin rumbo fijo entre títulos del catálogo de Netflix nos lleva a encontrarnos con inusitadas curiosidades. Apa...