Rainer Tuñón C.
Cuando el cine prohibido es seducido por la industria del cine que lo
cuestiona a diario, se logran interesantes propuestas que apuntan a dejar en
perspectiva lo que cientos de fanáticos del género intentan explicar: la
pornografía tiene su ligue con el cine formal. En este contexto, recomendamos
una serie de títulos interesantes que de alguna manera merece la pena apreciar,
entre ellos:
Los pornógrafos (1966), de Shoei
Imamura, sobre los avatares, en tono de comedia, de un realizador de
pornografía en el Japón de los años sesenta. Lo interesante del filme es que se
basa en una novela
muy polémica de Akiyuki
Nosaka, conocido
por La
Tumba de las Luciérnagas.
Inserts, hecha en 1975 por
John Byrum y filmada como una obra de teatro en el set, con Richard Dreyfuss,
Bob Hoskins y Verónica Cartwright, mostrando desnudos frontales y un humor
negro sin tapujos, sobre la idea de realizar clips pornográficos para sifilíticos
que pagarán “hasta 25 centésimos para verlos”.
Hardcore (1978), de
Paul Schrader, en donde George C. Scott interpreta a un hombre de negocios que
busca a su hija desaparecida sólo para encontrarse en el bajo mundo de la
pornografía norteamericana.
Doble de cuerpo (1984), de
Brian De Palma, siendo errática a irregular, se constituye en un verdadero
tributo hitchckoniano sumergido en el porno cuando vemos a su protagonista,
Jake Scully, un claustrofóbico actor de cine de terror metido en la industria
porno para encontrar a la doble de cuerpo de la vecina que fisgoneaba a diario
y que murió asesinada. Melanie Griffith ofrece una de sus mejores actuaciones
como una diva sexy de la industria del video para adultos.
La Tarea (1991),
acusada injustamente de ser un espectáculo pornográfico, más bien es un
ejercicio de sicología de parejas bien ejecutado por José Alonso y María Rojo,
basados en un trabajo del propio director, titulado El
aprendiz de pornógrafo (1989).
Tenshi no harawata: Akai Inga (1981),
que es una serie de 9 películas sobre sexo y violencia que se hicieron entre
1978 y 1994. En esta entrega nos presenta a una Nami, una reportera que trabaja
sobre entrevistas a strippers y víctimas de violaciones, las cuales obsesionan
al personaje.
This girl´s life (2003),
recientemente apreciada en televisión por cable, sobre Moon, una estrella porno
que narra sus vivencias en la industria y comparte su vida con distintos
personajes que intervienen en el relato, entre ellos su padre (James Woods),
quien sufre de Parkinson.
Autofocus (2002), de
Paul Schrader, con otro atrevido enfoque, en esta ocasión sobre la vida del
actor de los héroes de Hogan, Bob Crane, cuyo apetito sexual desmedido abre la
brecha para mostrarnos un mundo de orgias y obsesiones. Grandes actuaciones de
Greg Kinnear y Willem Defoe.
Wonderland (2003),
con Val Kilmer interpretando a John Holmes, el indiscutible rey del porno. La
cinta explora los sangrientos incidentes acaecidos en la
Avenida Wonderland en el Laurel Canyon de Los Ángeles durante 1981.
La chica de al lado (2004),
posiblemente una de las mejores comedias de adolescentes de los últimos años,
que se basa en la sencilla premisa de un estudiante de instituto que sale con
una estrella del cine para adultos.
Ahora, las mejores películas sobre
cine y pornografía definitivamente son:
Larry Flint, el nombre del escándalo, de Milos
Forman, con muy buenas actuaciones de Woody Harrelson, Edward Norton y Courtney
Love.
Boogie Nights, de Paul
Anderson Thomas (no confundirlo con el actor y director porno Paul Thomas), con
un elenco de lujo que incluía a Burt Reynolds, Mark Wahlberg, Jullianne Moore, Don
Cheadle, Luis Guzmán, Phillip Seymour-Hoffma, Heather Graham, William Macy y la
reina del porno Nina Hartley.
Deep Inside Deep Throat, producido
por Brian Grazer. El
documental expone el viacrucis del equipo de producción de la mítica Garganta
Profunda y sus innumerables encuentros con los agentes de las leyes de los
Estados Unidos.
The Girlfriend Experience, pseudo
documental de Steven Soderberg que pone en el ojo público a la extraordinaria
Sasha Grey.
Zack y Miri hacen una porno, de Kevin
Smith, una de las más blandas comedias del director de Clerks, que si la vemos
como un ejercicio pornográfico cumple con su cometido, a través de buenas
actuaciones de Elizabeth Banks y Seth Rogen.
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