lunes, 19 de noviembre de 2018

Latin Grammy apuesta por la diversidad musical y la experiencia de los grandes

Rainer Tuñón C.
Si hay algo que se ha aplaudido, luego de la ceremonia de entrega de los premios Latin Grammy en su décimo novena edición, es que la voz de experimentados talentos de Iberoamérica se alzó por encima de la brisa efímera de un reggaetón que ya empieza a sentir las sacudidas sobre la sensibilidad artística en una industria que les apoya contra corriente, pero que al mismo tiempo se da cuenta que necesita elevar la calidad de las propuestas para beneficio de las futuras generaciones.
El hecho de que un trovador uruguayo del calibre de Jorge Drexler, una exponente neo flamenca con fusión urbana como la española Rosalía y el retorno del astro mexicano Luis Miguel con un disco de música ranchera, hayan sido la nota más alta de la ceremonia, no resta el mérito crítico de haber entendido que no todo está dominado por lo que actualmente se apodera de las plataformas digitales en las voces de Ozuna, Karol G, Daddy Yankee, Romeo, J Balvin o Maluma, aunque algunos de ellos habrían ganado su preciado gramófono.
Para segunda muestra, las noticias globales sobre el dominio del rock en las listas de popularidades gracias a la efervescencia por la película “Bohemian Rhapsody”, dan ciertas luces sobre un aparente agotamiento del género.
Entretanto, Panamá, a través del trabajo del grupo Afrodisíaco, se une a la marcha feroz de la música diversa que poco a poco se cierne sobre el resto de lo que ocupa la atención global entre el trap/reguetón. Su nominación al premio por el disco “Viene de Panamá (sin raíz no hay país)” es un triunfo para los panameños y se destaca por el hecho de haber competido con una producción impecable como la de Natalia Lafourcade por “Musas (Un Homenaje Al Folclore Latinoamericano En Manos De Los Macorinos), Vol. 2”, un exquisito viaje artístico a los parajes de nuestro continente, y que de paso se ganó un merecido Grammy Latino.
Asimismo, veteranos de la música de la talla de Manolo García, Fito Páez, la banda Aterciopelados, Laura Pausini, Enrique Bunbury y Juanes, lograron sendos premios en las categorías de pop, rock, música alternativa y mejor vídeo, demostrando que el sonido de cada uno de ellos se mantiene inquieto y vigente, y está lejos de enfrentarse al olvido de las nuevas audiencias de plataformas digitales.  
Un fijo en estas premiaciones, el panameño Rubén Blades, resultó nominado por un proyecto muy íntimo, su tributo al son cubano a través de su alter ego “Modeoro Madera”, un sonero octogenario, travieso y creativo que propone estructuras ya conocidas con letras cotidianas en la voz impostada de Blades, que en esta ocasión sucumbió ante el Septeto Santiaguero y el salsero dominicano José Alberto “El Canario” con un respetable tributo al son cubano, con el apoyo de Gilberto Santarrosa.
De igual manera, una institución musical brasileña, Hermeto Pascoal, fue la figura más sobresaliente en la categoría de Jazz, con su producción Naturaleza Universal. Se trata de un trabajo de impresionante factura de parte de un multi instrumentalista de más de 82 años de edad que sigue dando qué hablar en la música; mientras que en la categoría de Samba Pagode, la producción "Amor e Musica", de María Rita y el último trabajo de Chico Buarque, Caravanas, se llevaron estatuillas.
El jazzista venezolano Miguel Siso también se alzó con su cuarto Grammy con el disco "Identidad", la cantante cubana Aymee Nuviola con su producción "Como anillo al dedo", el puertorriqueño Víctor Manuelle con su disco "25/7" y el sonido del colombiano Silvestre Dangond, fueron galardonados por la industria de la música latina.
También, en la categoría de música clásica, “50 Años Tocando Para Ti”, de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el disco de la compositora argentina Claudia Montero, “Mágica y Misteriosa”, lograron conseguir el Grammy Latino.
Es cierto, cada vez que escuchamos sobre las premiaciones musicales objetamos desde Panamá, que ganan perfectos desconocidos, porque en muchos casos, los Dj’s y/o locutores no tienen idea en relación con los ganadores, e inclusos nominados. De pronto, valdría la pena revisar en esos listados y buscar música de cada uno de los exponentes antes mencionados, así como dedicar espacios para programar buena música y no depender tanto de los “trends”, el sonido urbano que se repite a diario, los más visitado en Youtube o lo que me dijeron que estaba pegado en los famosos “charts”.

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