domingo, 25 de junio de 2017

¿Estamos preparados para hablar de sexo?





Rainer Tuñón

Está claro que se trata de un debate que se mantiene como tabú en el seno de algunos hogares, a pesar de enfrentarnos a unas estadísticas muy negativas cuyos resultados muestran una actividad empujada a la realidad de los embarazos precoces y el aumento en las enfermedades de transmisión sexual.
Si bien la respuesta está en la educación, tanto científica como teológica, así como en los valores morales y familiares, trasladando un conocimiento completamente natural de padres a hijos, resulta que son los mismos progenitores quienes no están preparados académica, cultural o socialmente para poder enfrentar todas las respuestas y situaciones que nuestros niños y adolescentes desean obtener para evitar ser un número de estadística que analizamos y cuestionamos por la falta de políticas claras en esta materia.
Conversaba recientemente con la sexóloga Yumari Guerra sobre este conflicto llamado sexo y ella respondía que la educación sobre la sexualidad se ha convertido en un problema respecto a algo que es tan hermoso, pues a partir de nuestra conducta, lo volvemos un caos que nos cambia la vida para siempre.
De allí es que uno sienta la necesidad de estudiar responsablemente los temas de sexualidad, pues el vínculo sexual es lo que distingue a la pareja, establecida como tal, de cualquier otra relación en sociedad.
En la relación de parejas, hablar de sexo es algo tan difícil, sobre todo cuando no existe comunicación fluida entre sus integrantes, y muchos de los problemas que se dan y que además vemos desfilar ante los medios de comunicación, ahora con redes sociales, tienen que ver con la responsabilidad sexual y la inteligencia emocional.
De hecho, somos testigos de que abunda el contenido sexual mal llevado en los medios de comunicación, ya sea para vender o ridiculizar abiertamente conductas sexuales, que en nada ayudan al entendimiento pleno de un crecimiento emocional a partir de una adecuada, franca y respetuosa educación sexual.
¿Puedes hablar de sexo con tu pareja, con tus hijos, con tus hermanos, tíos, padres y abuelos? ¿Puedes conversar de temas sexuales sin ridiculizar, mofarte por las preferencias o sentir culpa o miedo, sin que te tilden de soez, pecaminoso, pervertido, morboso, ingenuo o tonto?
Hablar de sexo avergüenza si no se cuenta con toda la información posible para orientar positivamente a nuestros seres queridos, máxime si aún no logramos tener consensos sobre un acuerdo muy sencillo: todos somos seres sexuales y podemos avanzar para desterrar mitos y tabúes. Tan solo hablemos claro, pero sabiendo que la sexualidad es un complemento del sentimiento más importante que rige nuestras vidas, el amor.

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