Rainer Tuñón C.
Cada vez que aparece
una noticia sobre la filmación de una nueva película de la franquicia Rápido y
Furioso, de inmediato surge la pregunta: ¿Será mejor que la anterior?
La respuesta, siempre está
al criterio del fan de la serie. Lo cierto es que cada filme aporta un "no
se qué" distinto y en esta octava de la saga, los productores no se quedan
atrás.
Se estrena a todo gas
este filme de trepidantes aventuras que ya se ha convertido en una plataforma
multicultural para mostrar a la gran audiencia que el cine de acción cuenta con
héroes y villanos de todas partes del planeta, asimismo los conceptos básicos
de honor, respeto, amor, familia, aliados y amigos que no tienen frontera.
Por una parte, se aplaude
el acercamiento de la película hacia un humor más familiar, buscando siempre
complacer a todas las audiencias. Que el personaje de Luke Hobbs baile “haka”
-un baile cantado maorí- con el equipo de fútbol de su hija y elija estar con
su familia por encima del trabajo, permite entender que detrás de esas explosiones,
llaves y costalazos, hay seres humanos que quieren encontrarse con la paz
familiar. De igual manera, que los antiguos villanos hagan alianza común y
requieran de la ayuda extra de su mamá para juntos derrotar a un enemigo más
poderoso, hace reflexionar en ello de que hasta un malvado tiene su
corazoncito.
Lo mejor de este "momento familiar" en "Rápido y Furioso 8": invitar a la gran dama de la actuación, otra ganadora del Oscar, la británica Hellen Mirren, como la madre de los antagónicos de las partes anteriores. Ojo, Mirren ya ha tenido momentos de buena acción en las cintas "Red" y "Red 2", con Bruce Willis y Morgan Freeman.
De igual manera, ha
sido extraordinaria la decisión de mostrarnos un poquito de Cuba para los
amantes de películas de este género -con mpusica de Gente de Zona incuida- porque el ambiente urbano de La Habana se ve es encantador y con mucho "flow". Luego, la selección del villano, en esta ocasión,
la ganadora del Oscar por "Monster", Charlize Theron, mostrando esa
fría vitalidad como la super hacker "Cypher", si es que se pensaba
que "8 son suficientes", ha sido la mejor decisión en un filme de alto octanaje, desde Phillip Seymour Hoffman para "Misión Imoisible 3".
Claro, el elemento sorpresa se revela a
mitad de la historia y se permite que el cinéfilo se identifique con la
motivación del protagonista de inmediato, e inevitablemente vemos cómo se utiliza este elemento para sacar humor y balas, haciendo tributo al cine hiperviolento de John Woo ("Hard Boiled").
Otro acierto que engancha es el sentido de
humor, incluso en momentos para que Dwayne Johnson y Jason Statham se luzcan
sin tener que batirse a puños, con rítmicos diálogos y buenas secuencias de acción.
"Rápido y Furioso 8" cuenta con un nuevo
director: F Gary Gray, que ha trabajado anteriormente con VIn Diesel ("A
Man apart"), Johnson ("Be Cool"), Theron y Statham ("The
Italian Job"), así que es un veterano en el cine de acción y parte de esa
familia.
Como valor agregado, incorporan al equipo
al hijo del veterano Clint Eastwood, Scott Eastwood, buscando un tenue remplazo
a la figura de Paul Walker y le otorgan mayor protagonismo al también veterano
Kurt Russell, conociéndolos como "Little Nobody" y el "Sr.
Nobody", respectivamente.
En fin, este filme tiene la misma fórmula de siempre,
es incoherente y por momentos inconsistente, pero nunca traiciona al público
que espera más ruido y muchas más nueces. Vale la pena, definitivamente, pero por favor, desconecten el cerebro por dos horas y ratitos porque lógica no tiene, y de paso chequeen de nuevo a Tego Calderón y Don Omar, en uno de los inesperados giros a los cuales esta serie nos acostumbra.
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