miércoles, 1 de julio de 2015

Periodismo responsable para nuestros “millennials”

Rainer Tuñón C.

La evolución constante de la comunicación digital y la búsqueda de tácticas que logren influir positivamente en nuestros “millennials”, comprendiendo su oferta de valor, motiva a hacer una profunda reflexión sobre la realidad que se desnuda descaradamente a diario, a través de las plataformas digitales, así como la validación de un periodismo que apueste por las nuevas tendencias, pero demostrando en su justa medida que el periodista funge como un curador de la información veraz, responsable y comprometida con el desarrollo positivo de nuestra sociedad.

Si entendemos que el curador de arte ejecuta aquellas estrategias que le aseguren una exitosa relación entre los artistas y su público en cómo una obra debe ser presentada, los periodistas nos estamos convirtiendo en algo más que eficientes compiladores de datos y hechos veraces que elevan la voz para ayudar a orientar a la sociedad con compromiso social, ética, valores humanos y la búsqueda constante de lo que idealmente se entiende como la verdad.

El poder de las nuevas herramientas de comunicación que desfilan ante múltiples formatos y plataformas es completamente palpable, sobre todo cuando interpretamos las razones por las cuales se difunden a diario campañas informativas que tienden persuadir a un público específico en un momento clave para la toma de alguna decisión importante.

Asimismo, la utilización de estos soportes se está prestando para hacernos revivir, como sociedad, lamentables capítulos de nuestra historia que tanto cuestionamos y que en este momento parecen despertar las mismas pasiones, ahora con capacidades de data ilimitada.

Vemos en redes sociales o escuchamos comentarios de gasolineras y pasillos de supermercado, cómo nos estamos volcamos hacia el evidente rasgo de xenofobia, la discriminación racial y sexual, el absurdo conservadurismo, el juicio sin el respeto a la legítima defensa, el linchamiento en redes sociales/foros virtuales y el desnudo como moda “status quo” de un movimiento social inmaduro muy contradictorio que nos mueven como horda hacia un moderno coliseo, en donde el “smartphone” es verdugo de un pulso social que clama por sangre, sudor, sexo, arena y prisión, sin mayor una mayor reflexión.

Hace poco, un auto denominado periodista digital mostraba la producción de un interesante video -de minuto y medio- sobre un hecho que según sus palabras “haría estragos”. Su idea era venderlo, como parte de un paquete de comunicación estratégica, junto con una grilla de tuits, un par de explosivos memes, una caricatura de grueso calibre y una cadena de cuestionadores mails, desde una personalidad digital anónima, para mostrar cuán poderosa sería esta campaña una vez se la posteara a los periodistas más influyentes de la ciudad.

De inmediato, la pregunta necia: ¿Investigaste, corroboraste y verificaste esta información? Lejos de cuestionar su conducta profesional, compartí el propósito de comunicar con responsabilidad y evitarse problemas legales por promover un tipo de escenario desprovisto de información real, lo que de inmediato hizo recordar algo que Carl Bernstein mencionaba: “… la esencia del periodismo, que debe ser la que guíe a todo buen profesional, es buscar la verdad y contarla sin manufacturas, ni sensacionalismos”.
En la actualidad, el buen periodista, sobre todo, el que interactúa con nuestra generación de “millennials” se debe distinguir por un común denominador: es un profesional que sabe diferenciar entre una información veraz, relevante y actual, frente al resto que coloca cualquier contenido en los múltiples vehículos de la comunicación digital y otros soportes de la comunicación tradicional.

De esta manera, el periodismo, en estos tiempos digitales, ha de desarrollarse a ritmo trepidante, pues los datos que llegan en tiempo real, aunque requiere de una importante inflexión que lo lleva hacia el análisis y decantado profesional de hechos, que sean complementarios a nuestro parecer sobre la discernimiento entre un hecho cierto y la información que se mueve sobre la pista digital.

En definitiva, porque somos parte de esta nueva cultura, el whatsapp, los teléfonos inteligentes, las redes sociales y los micro formatos son claramente algunas de las herramientas eficientes de la gestión comunicacional para nuestros “millennials”, porque van más allá de los paradigmas conocidos al servicio de la información, pero estas deben ser parte de una estrategia comunicacional responsable que más allá de los contenidos, informe con seriedad y compromiso para que todos podamos tomar las mejores decisiones como sociedad.


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