Rainer Tuñón C.
La oportunidad histórica de producir
y conducir la entrevista “frente a frente” con una personalidad de muy alto perfil,
es motivo de admiración dada las circunstancias que vive el país, el claro
mensaje a transmitir y la experiencia de calibrar el pulso ciudadano en
relación a su madurez social respecto a acontecimientos que mantienen abiertas
las heridas de algunas generaciones.
Esa misma oportunidad histórica,
permite al entrevistado plantear el formato, la producción misma de su
participación, su caracterización y la elaboración de palabras claves y
mensajes a transmitir para su propósito comunicacional.
El mensaje, sencillo y contundente:
- “Pido perdón a toda persona que se sienta ofendida afectada perjudicada o humillada
por mis acciones o las de mis superiores en el cumplimento de órdenes, o la de
mis subalternos en ese mismo estatus; y en el tiempo de la responsabilidad de
mi gobierno civil y militar… gracias”-.
Lo interesante de esta reflexión
viene siendo en realidad la intención de la “oportunidad histórica”, el formato
en el cual se da, los mensajes a transmitir y la medición del resultado, dentro
de lo que conocemos como clima de favorabilidad social.
El detenido Manuel Antonio Noriega
Moreno accede a participar de un encuentro con el periodista Álvaro Alvarado y
aprovecha la cámara para subrayar frases claves: “último General de la era
militar”, “cautiverio por más de 25 años”, “tiempo que excede las penas
impuestas en ausencia”, “tiempo servido”, “reflexionando con la iglesia”, “bajo
mis propias convicciones”, “totalmente en paz”, “reflexión cristiana que
conlleva los actos de contrición” y “solemnidad ante el altar de mi conciencia”.
Estas palabras claves las enmarca el
emisor del mensaje en un formato conocido como declaración, lo que en comunicación
estratégica supone una herramienta que presenta menajes cortos, claros,
precisos, que no buscan desarrollar el ejercicio de preguntas y respuestas, que
se son parte del formato entrevista, de interés tácito del periodista.
Resalta, por el interés del emisor,
transmitir que “cierra” el ciclo de la era militar, pues lo considera oportuno
en las circunstancias que vive el país, siendo este un mensaje que se presta a
una multiplicidad de interpretaciones; y de facto lo hace en su calidad de “Comandante
en jefe” y “Jefe de gobierno”, en control del tono del mensaje mismo.
Se trata de un acto reflexivo del
emisor dentro de un formato establecido por él -la declaración-, que luego de
ser leída con pausa, buena dicción, con elementos visibles a la percepción
(manuscrito con algunas líneas subrayadas en rojo), con aceptable presencia física,
adecuada postura frente a su propio interés de emitir un mensaje, y en lo que parece un perfecto
control de su participación en televisión, cierra su intervención con un “gancho”
de supuesto interés noticioso: “…Dios primero, las circunstancias darán la
oportunidad de presentar las verdades desconocidas”.
El papel como periodista lo obliga a
hacer preguntas, sin embargo el entrevistado se remite a una declaración, y mantiene
su esfera de control, en el entendimiento de que una respuesta no es más que la
ilación de sus reflexiones y la oportunidad de transmitir tanto mensajes como palabras
claves. Esto sería el reconocimiento de un interesante y acertado ejercicio de
comunicación en el cual el emisor del mensaje controla la intención de
transmitir bajo sus propios términos. Una respuesta típica a cualquier
pegunta en este contexto, sería lo que expresó: “…el espíritu, en su expresión
y en su esencia, lo contemplan las palabras que acabo de decir”.
Asimismo, el agregar que: “…yo
quiero mantener la solemnidad de mis expresiones, de mis meditaciones, de mis asesoramiento
espirituales en este marco para que no se salga –hablando en panameño- del
propósito por el cual yo hoy después de tantos años acepté a sentarme frente a
usted y hablar pidiendo perdón a la ciudadanía”, reitera que su participación
responde al único interés de posicionar un mensaje dentro del formato de una
declaración.
Si el momento histórico fue pactado
como entrevista, se dio una declaración, en los términos del emisor. Vimos a un entrevistado
sereno, mostrando sentido de reflexión, preparado para la oportunidad,
diciendo: “…yo he venido hoy, bajo mis propias convicciones, sin apremio, sin
intereses, a dar una declaración. No doy una entrevista hoy, doy una
declaración que es la que voy a compartir y a leer”, pero al mismo tiempo,
entendimos que en comunicación uno es capaz de decir algo a alguien con una
intención, esperando una cadena de sucesos para capitalizar algún resultado.
Numéricamente hablando, y sumando
desde la métrica más sencilla, la oportunidad del entrevistado generó en web y
redes sociales - horas después de la intervención- la visibilidad de más de 15 mil usuarios que se identificaron
dando “like” o votos en contra, siguiendo alguna red social o visitando páginas en donde el
mensaje estaba “posteado”.
En cuanto al índice de recepción a
través de medios impresos, la cobertura de la oportunidad histórica no superó
en interés periodístico los temas recurrentes de nuestra actual agenda
informativa, lo que al final se traduce en un hecho de menor valor noticioso
inmediato, aunque sí ha genera una ola de reflexiones ciudadanas, dada las reacciones
luego de la declaración.
Es curioso, aunque la oportunidad
histórica le permitió al emisor, transmitir un mensaje contundente y 10 frases
claves, en sus propios términos, redondea su participación con un avance en
calidad de expectativa de lo que arguye el que vendrá de sus siguientes
reflexiones, aunque queda la duda si lo que el emisor genere despierte clima de
opinión, tomando en cuenta la sed y el hambre de justicia frente a la nueva
realidad que vive el país.
En todo caso, el tiempo le dará la
oportunidad a este ejercicio de adquirir la solemnidad y el valor histórico en
una multiplicidad de formatos, entre ellos: ensayos, libros, revistas,
documentales, periodismo a profundidad, hasta llegar, posiblemente a la gran pantalla, pero no en géneros de comedia negra de la talla de "Noriega: el favorito de Dios" o documentales como "Panama Deception" o "Invasión", como hemos visto anteriormente.
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