Rainer Tuñón C.
Hace pocas semanas, tres buenos amigos -y hombres comprometidos con nuestra cultura-, el laureado escritor José Carr, el respetado sociólogo cultural Alonso Ramos y el reconocido cantante y gestor cultural Henry Gorgona, me invitaron a compartir con ellos algunos en el Teatro Gladys Vidal del Municipio de Panamá, datos de la vida y obra de Rubén Blades, un cantautor y ciudadano del mundo que está en el ADN de muchas generaciones, como generosamente me lo hizo entender el colega Carlos Somoza, y en aquel momento reflexionamos sobre la importancia histórica de su aporte en tantos géneros, donde no necesariamente la salsa sería su voz principal, pero hizo historia a través de ella bajo sus propios términos (Canciones del solar de los aburridos, Buscando América, Mundo, Siembra, Escenas y Tiempos son mis favoritos).
Comentaba que el Sr. Blades tenía una cercanía muy natural con el catálogo musical norteamericano en donde el swing, el jazz y el rock and roll estaban entre sus memorias de juventud, así como la cubanía misma en su legado familiar. Hace 4 años, Jazz at the Lincoln Center Orchestra, y su líder, el mítico Wynton Marsalis, le invitan a revisar su discografía para una serie de conciertos, cita que le abrió la puerta para mostrarnos una joya musical muy cercana a su corazón.
El resultado es soberbio y cuenta con el cariño de la gente que creció con su música y ama todo lo que el maestro Blades ha aportado a la música. De igual forma, es una ventana para ver las maduras texturas de un cantante que se siente cómodo interpretando clásicos de Cole Porter, Jerry Bock, Truman Capote, George e Ira Gershwin, Edy Cooley y John Davenport, incluso compartiendo para nosotros dúos familiares junto con Luba Mason, su esposa.
Los arreglos musicales del bajista Carlos Henriquez hacen de este disco, "Una noche con Rubén Blades", una experiencia única en donde la salsa baila y guapea con swing sabroso.
El mejor ejemplo estaría en la revisión de Ban Ban Quere, pieza de Ray Barreto que supone un antes y un después en la carrera de Blades, pero cuando visitamos los temas de Rubén, el círculo se cierra con un toque absoluto de magia pura.
Al final, la nota más alta y una experiencia que te roba el alma. Hermoso disco de principio a fin.
Ofrezco coberturas y estrategias de comunicación para potenciar la difusión de contenidos y eventos culturales impulsando su alcance en medios y plataformas de comunicación social.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El Monstruo Leñador, asesino de sicópatas
Rainer Tuñón C. La navegación sin rumbo fijo entre títulos del catálogo de Netflix nos lleva a encontrarnos con inusitadas curiosidades. Apa...
-
Rainer Tuñón C. En los años 80, desde las estanterías de los videoclubes, normalmente quienes acompañaban a alquilar películas,...
-
Rainer Tuñón La autora Verónica Malamfant, en su libro Amigos con Derecho a Roce: Manual de abusos y costumbres, comentaba que un amigo...
-
Rainer Tuñón C. La alteración de las coordenadas temporales de las sociedades presentes, futuras o paralelas en la historia de la huma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario