Rainer Tuñón C.
Una nueva película de “Piratas del Caribe” supone un riesgo enorme dado el desgaste natural que ha sufrido la serie que iniciara en el 2003 con la “Maldición del Perla Negra”. Desde entonces, este serial de Walt Disney Pictures se han convertido en una exitosa franquicia que lamentablemente sacrifica golpes narrativos que la hagan lucir más robusta, por espectaculares efectos visuales que se complementan con un humor que mantiene sazonado a estos filmes que en las últimas décadas estaban destinados al olvido, a pesar de recaudar más de 3 mil millones de dólares en el mundo.
¿Ustedes recuerdan haber visto “La Pirata”, de Renny Harlin, con Geena Davis, “Piratas”, de Roman Polanski o aquella de Los Muppets? Estos son títulos que sepultaron este sub género que fue muy popular en la época de oro del cine y poco a poco fue desapareciendo, a pesar de la nostalgia por revivirlo.
Por fortuna, el parque temático sobre estos ladrones del mar que existe bajo el sello Disney motivó hace más de quince años a los guionstas Ted Elliott y Terry Rossio y al productor Jerry Bruckheimer levaran el ancla y llevaran al Perla Negra hacia puerto seguro y desde entonces el público sucumbió ante la embestida de la flota pirata.
Este año, los directores noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg, responsables por la comedia de vaqueras “Bandidas”, con Penélope Cruz y Salma Hayek, y que fueran nominados al Oscar en la categoría de mejor película en habla no inglesa por su trabajo en “Kon Tiki”, toman la brújula para para entregar una apenas aceptable nueva saga del capitán Jack Sparrow, que se sostiene primordialmente por el carisma propio de este personaje, el elenco de antihéroes y villanos, algunas divertidas secuencias de acción con guiños del típico humor de doble sentido que no decepciona a la gran masa que ya inició aportando más de 100 millones en la taquilla global a tres días de su estreno y buscará meterse entre “La bella y la bestia” y “The Fate of the Furious”, que hasta ahora son las más taquilleras del año.
En “Piratas del Caribe: La venganza de Salazar”, la escogencia del antagonista que recae en el extraordinario actor español Javier Bardem, ha sido de lo más aceptable, a pesar de que la historia detrás de su motivación no tenga fuerza suficiente para llevar el peso del filme, que como siempre, queda en manos de Johnny Depp (ya golpeado por sus últimas apariciones en fracasos comerciales como “El llanero solitario”, “Mordecai”, “The rum diaries” y “Alicia a través del espejo”) y Geoffrey Rush como el capitán Barbossa.
En esta nueva historia, el hijo de Will Turner deberá hallar el tridente de Poseidón para liberar a su padre de la maldición, no sin antes hallar a un Sparrow que pasa por mala racha, un Salazar que lo busca afanosamente para quitarle la vida, la marina inglesa que quiere el dominio del Caribe, una científica que resulta ser hija de Héctor Barbossa y el retorno de Will, Elizabeth… y ¿Davey Jones?
Al final , “Piratas del Caribe: La maldición de Salazar” funciona como un espectacular film de aventuras con los conocidos aportes de esta serie, errores y aciertos en cuanto a sus recargados efectos especiales, la acentuada picardía y personajes que quedan en la memoria de generaciones. Será exitosa, supongo que sí, aunque se siga cuestionando la calidad de sus ingredientes. (5.8/10)
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