Edwin Guerra
Mi aventura inicia en planes para 15 días
de vacaciones que tomaría en Abril de 2017.
En mi afán de un poco de diversión sana, relajarme y desconectarme de lo
cotidiano para recargar mi mente y mi cuerpo de energía positiva y reencontrar
mi buen ánimo con el cual contagio a todos mis allegados, decidí junto a mi
pareja el planear unas vacaciones en un sitio lleno de belleza natural y lejos
de la ciudad capital. Somos muy
organizados por lo cual investigamos algún paquete vacacional no tan costoso y
que al menos nos permitiese realizar turismo interno.
Difícilmente encontrar un paquete
vacacional para turismo fuera de los hoteles de playa en la costa del Pacífico,
decidimos probar la suscripción a sitios de ofertas en internet y encontramos
una muy atractiva que por 4 días nos permitía hospedaje en un hotel en Isla
Colon, Bocas de Toro. Oferta excelente
ya que incluía desayuno y cena mas hospedaje a un precio que no pasaba de
$200. Optamos por comprar 2 ofertas para
estar 1 semana completa considerando que por la distancia y los hermosos
parajes en Bocas del Toro y en la ruta por carretera a la provincia sería el
tiempo prudente para disfrutar el viaje a plenitud.
Todo coordinado, inclusive aprovechamos un
tour en lancha por varios sitios turísticos en el archipiélago de Bocas del
Toro, partimos un viernes en la noche y llegamos al amanecer a Gualaca,
Provincia de Chiriquí después de aproximadamente 6 horas de manejo directo
desde Ciudad de Panamá sin paradas. Nos
detuvimos en la entrada de Gualaca para descansar un poco y esperar que
amaneciera un poco (6 am) para evitar la dificultad de la carretera por la
oscuridad y la neblina ya que la vía atraviesa la cordillera.
Al amanecer (5:45 am) iniciamos nuevamente
el viaje. En aproximadamente 20 minutos
avistamos Hornitos con su clima fresco de montaña, casi como ir a otro país por
lo hermoso y a escasos 10 kilómetros llegamos a la represa de Fortuna,
simplemente impresionante aun cuando ya había estado allí en 2 veces anteriores
nunca deja de impresionarme junto a la reserva de Palo Seco y la vegetación,
los chorros que caen junto a la carretera y la temperatura súper fresca. Mi descripción no hace justicia a lo que se
siente al estar en ese lugar.
Luego de la parada obligada para las fotos
de recuerdo y demás, continuamos nuestro camino. Casi 25 minutos después
llegamos a la provincia de Bocas del Toro.
Increíble el cambio visual, la población habita en viviendas hechas de
madera que reflejan además de la humildad de su condición lo difícil que debe
ser para los habitantes a todo lo largo de la carretera el poder obtener su
sustento diario. Describirlo no equivale
a ver lo injusta que puede ser la vida en ocasiones y lo desigual que es la
forma de vivir de los panameños del interior en comparación al de la capital.
Continuamos el camino desde Chirquí Grande
a Rambala y luego hasta Almirante ya que allí se toman las lanchas para cruzar
a Isla Colón. Paisajes muy campestres y
llenos de humildad, sencillez y pobreza, aldeas y poblados indígenas y potreros
de ganado.
Finalmente llegamos a Almirante, poblado
costeño y con un puerto terminal heredado de las bananeras y que aun opera con
infraestructura moderna aunque sin equipo sofisticado. Lo lamentable es que el lugareño, la población
costeña del lugar es demasiado descuidada, mantiene el área muy sucia a pesar
de que es casi el punto por el cual tanto turistas locales como extranjeros
abordan las lanchas rápidas para ir a Isla Colón. Lo positivo, existe gente que por ganarse
alguito de dinero te ofrece ayuda con el equipaje o para encontrarte donde
dejar tu auto seguro e inclusive transporte en las lanchas rápidas. Definitivamente la necesidad de ganar algunos
dólares sin meterse en problemas es la herramienta para estas personas.
Llegamos al muelle donde tomaríamos
nuestra lancha a Isla Colón. El pasaje
puede estar entre $5 y $8 aproximadamente, lo cual es económico considerando la
distancia del recorrido y lo rápido que es el viaje en lancha. El viaje en lancha fue perfecto aunque al
alejarnos de Almirante se veía un poblado costeño muy sucio (inclusive el
manglar circundante tenía muchos desechos, plásticos, botellas, latas viejas,
etc.).
Arribamos a Isla Colón y nuevamente estos
señores ofreciendo transporte a las playas o tours al precio mas bajo, parecían
mercaderes ofreciendo gangas que poco faltaba que te arrastraran a la lancha de
su elección con tal de ganarse un par de dólares. Son algo así como agentes de venta informales
de las empresas formales que brindan transporte y tours en lanchas. Sinceramente terminan dando algo de miedo ya
que sientes como si te acosaran. Creo
que pocos le hacen caso a estos señores por su informalidad y optan por
contactar los tours desde la recepción del hotel donde se hospedan por mayor
seguridad.
En mi caso particular, ya tenía mi tour
contratado antes de llegar a Bocas del Toro por lo cual fui directo al hotel
(ojo, los hoteles podrían ofrecer un servicio de recepción de sus clientes en
los muelles con personal que ayude con el equipaje, sería un método para darle
mayor comodidad a sus clientes y a la vez sería una fuente de trabajo para los lugareños
de manera formal, todos ganarían incluyendo al turista que se sentiría cómodo y
seguro a su arribo).
Llegamos al hotel y nos recibieron bien
aunque el check in era a las 2 pm y nosotros llegamos como a las 10 am a Isla
Colón. En el hotel nos recibieron el
equipaje y conociendo el protocolo del hotel decidimos buscar un restaurante
para almorzar algo y hacer tiempo mientras llegaba la hora en que nos
entregarían la llave de nuestra habitación.
Decidimos sentarnos en el parque central de Isla Colón a conversar para
dejar pasar el tiempo después del almuerzo, finalmente llegó la hora de recibir
las llaves de nuestra habitación. Sobre
el hotel, es muy agradable, sencillo pero cómodo, limpieza diaria, agua caliente,
televisión por cable, internet wi-fi.
Única queja, el menú del restaurante del hotel (desayunos y cenas), muy
limitado y un tanto condimentado al punto que para aquel que no gusta de los
alimentos tan picantes podría ser un punto más que negativo.
Después de instalarnos y descansar,
posterior a la cena en el hotel (la cena no incluye agua, sodas ni refrescos,
eso se paga fuera del menú… me pareció extraño ya que la oferta que adquirimos
decía “desayunos y cenas incluidas”, imagino que la frase contiene un vacío que
el restaurante del hotel aprovechó como un negocito extra. Argumento algo injusto pero válido
considerando que la oferta no era específica en cuanto a bebidas).
Decidimos dar un paseo nocturno en Isla
Colón y comprar alguito para refrescarnos, alguito como postrecito (helado) en
alguna tienda o mini súper de la isla mientras caminábamos un poco. Sorpresa, las calles son muy oscuras, casi no
hay luminarias en las calles y tampoco en los alrededores del parque central, al
punto que salir de noche da algo de miedo.
Al menos hay buen patrullaje de la policía local. Adicional, todos los supermercados de la isla
pertenecen a ciudadanos chinos, lo cual no es el punto negativo en si, ya que parece
que al panameño no le gusta ese tipo de negocios a pesar de ser muy
rentable. Lo malo es que de 5 mini súper
a los que fuimos solo 2 lucían aseados y ordenados, los otros eran tan
insalubres que tenían alimentos mordidos por roedores, olores repugnantes a
alimentos descompuestos o simplemente estaban carentes de todo orden y
pulcritud como para garantizar el buen manejo de alimentos. A mi mente llegó la pregunta obligada “donde
están las autoridades de salud”?
Los precios de los artículos, alimentos y
agua embotellada son algo elevados en la isla, pero creo que en parte por lo difícil
que es traerlos de tierra firme o para aprovechar que “el turista tiene plata
para pasear”? Creo que mentalmente a esa
parte uno se adapta. Igual existen
sitios donde se puede comer un poquito mas barato, fuera de ello hay puestos informales
de comida rápida en algunas calles, pero no recomendaría comprar alimentos allí
ya que son tan insalubres como los 3 mini súper de chinos a los que me referí
anteriormente.
Camino de vuelta al hotel nos topamos en
una calle que además de oscura, peligrosa un olor nauseabundo, parece que las
tuberías de aguas servidas, letrinas, depósitos de desechos están ubicados en
la vía pública lo cual se vuelve en foco de enfermedades, hospedaje de alimañas
y cuya fetidez seguramente alejaría a todo aquel turista que busca sitios
hermosos donde distraerse y divertirse.
Será que es mas importante recoger dinero hoy y no mantener el turismo
como una forma sostenible para vivir dignamente? Será que la sociedad panameña, los turistas
locales y extranjeros debemos aceptar que los isleños/costeños y el panameño
común es cochino por naturaleza?
Mi afán no es desprestigiar a Bocas del
Toro, sino de crear conciencia en sus habitantes (indios, negros, blancos,
chinos, etc.) cuiden provincia, cuiden sus costas, sus islas, sus poblados, sus
calles. Vuelvan su provincia un sitio
bonito, los atractivos naturales los tienen, pero el resto no es solo
responsabilidad del gobierno, es la actitud de cada habitante de la provincia
(en Chiriquí Grande, Rambala, Almirante o Isla Colón y todo aquel que no
mencioné de manera específica), sean promotores y guardianes de la belleza y
riqueza cultural de su provincia, enséñenle a los turistas a respetar y cuidar
su isla, su provincia, su hogar. Únanse
(hoteleros, operadores de turismo, transportes, comerciantes, restaurantes,
ciudadanos en general y autoridades), comprométanse en hacer las cosas mejor y
verán que el turismo será próspero aun cuando no sea “temporada alta” (por
cierto, eso es solo un cliché, siempre hay personas buscando sitios donde ir y
son ustedes los que deben buscar la forma de atraerlos a su provincia, las
herramientas, las opciones y las alternativas para lograrlo existen, es
cuestión de iniciativa y creatividad, dejar el conformismo y la comodidad, no
esperar a que el gobierno haga o el vecino o el otro haga; ser osado y
aventurero así como lo he sido yo al venir a su provincia).
Una última cosa que debo mencionar, a las
instituciones bancarias, Ciudad de Panamá no es el único lugar donde se genera
dinero o donde se mueve dinero, la Isla Colón necesita presencia de bancos locales
y extranjeros para que el viajero pueda realizar transacciones con otros
métodos de pago que no solo sea efectivo, es inconcebible que a estas alturas
el único banco establecido en Isla Colón sea el Banco Nacional de Panamá. Reconsideren sus estrategias comerciales, el
turismo también es una industria que puede generar millones de dólares al año
siempre que sea bien manejada y bien realizada.
Al bocatoreño le pido disculpas si siente
que mi punto de vista los ofende, como dije antes mi afán es que abran sus ojos
y que hagan de su provincia la mejor. Quizás
muchos en Bocas del Toro se preguntarán si aun al haber visto lo antes descrito
y expresarlo en este mensaje yo optaría por no regresar a Bocas, pues
francamente YO SI VOLVERÍA A SU PROVINCIA SIN IMPORTAR, su provincia es parte
de la patria que amo. Bocas del Toro me
trajo paz cada vez que la he visitado, me hizo ver que mi país tiene muchas
cosas hermosas que ofrecer a la humanidad y conquistó mi corazón de una manera
mágica, al punto de no desear regresar a la capital a vivir mi vida
cotidiana. Bocas del Toro tiene lo
principal: personas únicas, especiales, amables, llenas de candidez y humildad
con sed de salir adelante, sólo hace falta que entiendan que Dios les dio un
tesoro natural y no se vuelvan enemigos al desarrollo del turismo en su provincia
siendo descuidados; aun hay cosas (focos de negocios) por hacer y por mejorar.
A
todos en esta provincia, gracias por ser panameños, por hacer su amabilidad
constante y por el esfuerzo que hacen a diario para salir adelante. Gracias por recibirme y por la bienvenida cálida
que siempre me han brindado en cada una de mis visitas a su provincia.
Para finalizar, tengan presente que para lograr
cosas grandes no se necesita ser un sabio, no se necesita poder, dinero o influencias,
se necesitan sueños y verdaderas ganas de convertir esos sueños realidad. En la vida las cosas nunca serán fáciles, pero
al lograr nuestros objetivos y vencer las adversidades el triunfo siempre sabe
a gloria.
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