lunes, 18 de marzo de 2013

Carlos Carrasco, un actor de la clase trabajadora


Rainer Tuñón C.

Cuarenta años en la industria del cine, el teatro y la televisión en los Estados Unidos han hecho del actor, productor y director de cine Carlos Carrasco un nombre de grata recordación entre sus colegas, tanto en Hollywood y Panamá como en el resto del mundo.

Carlos Carrasco y Jason Statham.
Recientemente se estrenó “Parker”, a órdenes del afamado director Taylord Hackford,  un filme de acción sobre venganzas, basado en una novela del prolijo Donald Westlake (“The Grifters”, “Two Much”, “Payback”), compartiendo elenco con Jennifer López y Jason Statham (“El Transportador”), con quien cierra un ciclo que inició cuando lo llamaron para hacer un papel en el clásico de cine gangsteril “Sangre por Sangre” a principio de la década de los noventa.
Parte del elenco de "Sangre por Sangre".
Curiosamente – comenta Carlos - en sitios tan inesperados como Roma, Sudáfrica, Lima y Cuernavaca lo han identificado fanáticos de esa película, sobre la violencia entre pandilleros chicanos, ansiosos de estrecharle la mano, pues lo reconocen como “Popeye”.

Parker”, que se encuentra en las carteleras mundiales durante esta temporada, es un trepidante thriller de acción que narra el viaje de un ladrón - con cierto código de ética-  quien es traicionado por sus colaboradores y lo dan por muerto. Así, el personaje interpretado por Statham sobrevive al ataque, adquiere una nueva identidad y lanza su venganza en alianza con una bella mujer (JLo) para hacerse del dinero que está en poder de sus antiguos asociados.

La cinta ha tenido una aceptación de crítica relativamente buena (con comentarios halagadores del New York Times, The New York Post, The Hollywood Reporter), ponderando el ensamble de actores que logra sacar adelante una película de este calibre, que se destaca por el ritmo en la dirección de Hackford, su multiestelar reparto y el carisma de su estrella principal, lo que suma buenos créditos para el panameño que participa en esta producción.

En el cine y la televisión hemos visto a Carrasco participar de hermosos proyectos como “El pescador de ilusiones”, de Terry Gilliam; en espectaculares cintas de acción como “Speed”, con Keanu Reeves; en históricos dramas junto Tom Berenguer en “One man´s hero”, en películas independientes como la dirigida por George Clooney, “Confesiones de una mente peligrosa”, con  Sam Rockwell y Julia Roberts, así como en históricas teleseries como “ER”, “Star Trek” o la telenovela (soap opera) "Search for Tomorrow", en la que debutó décadas atrás.


El actor panameño cuenta con orgullo que un cortometraje que dirigió recientemente, "Art Galleries and Back Alleys", ha sido seleccionado para participar en el festival de cine New Filmakers LA, en Los Ángeles, California.

De esta manera, Carlos Carrasco comparte algunas anécdotas a través de unas preguntas que le hicimos sobre su exitosa carrera profesional.

Rainer Tuñón: Carlos, un placer escribirte. Compartes cartelera con un elenco de lujo conformado por Jennifer López y Jason Statham, Michael Chiklis, Nick Nolte, Wendell Pierce, Clifton Collins Jr. y Daniel Bernhart, todos dirigidos por el Taylor Hackford (“Oficial y caballero”, “El poder y la pasión”, “El abogado del diablo”, “Dolores Claiborne”, “Prueba de vida” y “Ray”), todo un privilegio para un actor con una trayectoria como la tuya. ¿Cómo llegó la oportunidad y cuál sientes que ha sido el resultado?

Carlos Carrasco: Realmente esta experiencia ha sido el cierre de un círculo iniciado cuando trabajé con Taylor por primera vez en una película titulada “Sangre por Sangre” (“Blood In...Blood Out”). Debido a circunstancias extraordinarias (los disturbios raciales por lo ocurrido a Rodney King en 1991), a la película no le fue bien originalmente; pero con el pasar de los años se ha convertido en una cinta de culto mundial. Ya van más de tres generaciones de fanáticos apasionados del filme, quienes lo ven repetidamente y se saben todos los parlamentos.
De todo el trabajo que he hecho en mi carrera, es el personaje de esa película el que más se me hace reconocer en público. En sitios tan inesperados como Roma, Sudáfrica, Lima y Cuernavaca me han identificado fanáticos de esa película, ansiosos de estrecharme la mano. Taylor también ha tenido la misma experiencia, contándome como una vez él y su esposa, la fabulosa Helen Mirren, dando una charla en una escuela primaria en Londres, se asombraron al ser bombardeados con preguntas hechas por los jovencitos británicos sobre esta película acerca de chicanos en el este de Los Ángeles. Así que tenemos esa conexión. Cuando se estaba armando el proyecto de “Parker” sencillamente me llegó una llamada un día diciendo que a Taylor le interesaba que yo estuviera en su película. Y por supuesto que uno inmediatamente dice que sí.

Rainer Tuñón: Algunos te reconocimos en “Speed”, de Jan de Bont, y sabemos que has tenido una carrera bastante activa en Hollywood. ¿En qué otros proyectos has estado involucrado de los cuales también te has sentido muy orgulloso?

Carlos Carrasco: A estas alturas lo que más me satisface es la longevidad que he logrado. Aunque nunca una estrella, he logrado una carrera de casi 40 años como lo que en la industria llaman un “actor de la clase trabajadora,” y como tal he tenido ocasión de trabajar en una infinidad de proyectos con gente de primera. Se me han hecho realidad fantasías al trabajar con directores de primera como Hackford, John Frankenheimer, Terry Gilliam y William Friedkin, a la vez que he compartido escenarios con talentos como George Clooney, Jason Statham, Raul Julia, Lynn Redgrave, Robin Williams, Jeff Bridges, Sonia Braga y tantos otros, y todavía estoy, como dice Rubén… “para’o.”

                                                                Junto a Sandra Bullock durante el rodaje de "Máxima velocidad".

Rainer Tuñón: En estos días se reconoce el talento latino en Hollywood, pero ¿qué saben ellos –allá en la meca del cine- de Panamá y de los panameños?
Carlos Carrasco: Panamá todavía sigue siendo una novedad por acá, y a muchos les toma un momento ubicar al país, pero eso va cambiando por una variedad de razones. El hecho de que Panamá en la última década se ha convertido en un refugio para jubilados americanos ha levantado mucho la visibilidad. Yo diría que actualmente Hollywood como industria tiene más conciencia de Panamá que el público americano en general. La industria de cine ha descubierto a Panamá como un sitio con localidades variadas y gran potencial para desarrollar inversionistas e infraestructura. El hecho de haber establecido un festival de cine internacional (IFF Panamá) y haber pasado una nueva ley de cine son factores que van a seguir levantando el reconocimiento del país en el exterior.

Rainer Tuñón: ¿Te sientes más cómodo en el cine, en el teatro o la televisión?
Carlos Carrasco: No hay respuesta breve ya que son tres metodologías distintas, cada cual con sus retos y recompensas; pero, si tuviese que escoger, diría que no hay nada como formar parte del equipo de una película, preferiblemente en una locación lejana, todos embarcados en la aventura de producir un largo metraje.

Rainer Tuñón: ¿Vienes a menudo a Panamá? ¿Qué has visto que te haya llamado la atención en materia cultural y sobre el desarrollo de tu país?
Carlos Carrasco: Todo empieza con una buena historia, un buen cuento. En Panamá hay un sinnúmero de historias con impacto universal rogando ser contadas, desde las novelas de Juan Morgan como “Caballo de Oro” hasta el documental de la panameña Anayansi Prado, “Paraíso for Sale”, que examina el choque de todos esos jubilados norteamericanos con la población nativa que van desplazando con sus dólares. A mí me llama mucho la atención la época de la construcción del canal, y al investigarla he descubierto cantidades de cuentos interesantísimos y con personajes de gran colorido. Y hay mucho más: en la lucha actual de los Ngäbe Bugle para preservar sus tierras y costumbres tradicionales hay una tremenda historia para ser contada a nivel de una “Syriana” (de Stephen Gaghan), “Erin Brockovich” (de Steven Soderbergh) o “Michael Clayton" (de Tony Gilroy),y la buena noticia es que ahora en Panamá se están desarrollando tanto la infraestructura como los cuentistas para llevar estas historias a la pantalla.
El establecimiento de una comisión de cine, la ley de cine que ahora le permite a Panamá competir como destino para filmación a nivel internacional, sumado al éxito de una película doméstica como “Chance” (de Abner Benaim) demuestra a los inversionistas que es factible generar un producto respetable y comercial con modestos presupuestos. Todo esto me da la esperanza de que Panamá va rumbo al desarrollo completo como un centro artístico reconocido a nivel internacional.
                                                                                      Carlos Carrasco y Taylor Hackford.

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