Confieso que luego de la recomendación del filme francés "La délicatesse", que se encuentra en la cuerda floja de la cartelera panameña (¿sólo en Cinépolis Multiplaza en tanda de 7:30 p.m.?), queda el impulso inmediato de leer el libro escrito por David Foekinos, que plantea el milagro del amor y las oportunidades para ser felices.
Foenkinos, se ha encargado del guion y la dirección junto con su hermano Stéphane, para mostrarnos primero a una enamorada Nathalie (Audrey Tautou, la eterna "Amelie"), que vive su apasionado y precioso romance con el hombre de su vida: François (Pio Marmaï). La felicidad dura poco, pues su otra mitad se desvanece y ella se convierte en una fría y metódica ejecutiva que no se da espacio nuevamente para el amor.
Inexplicablemente besa con pasión a Markus (François Damiens), un compañero de trabajo y a partir de ese momento, el público empieza a sentir simpatía por una fresca relación de amor que rompe paradigmas pero mantiene una inocente cursilería detrás de un discurso poético que mejor sale narrado y leído en papel que percibido y poco apreciado en el celuloide.
Desde la decisión de Nathalie al romper su círculo de confianza para que entrase Markus, en el entorno social y laboral de ella, se levantan detracciones sobre la estética del anti galán, barrera que debe superarse para encontrar finalmente ese espacio y volver a ser feliz.
La esperanza de vida y amor en Natalie regresa cuando toma acciones para entusiasmar a Markus, sabiendo que él no es precisamente un galán, aunque su bondad y deseos de amar son tan grandes que logran sobrepasar los obstáculos en este inusual romance francés que brilla con luz propia, insisto, gracias al trabajo de los actores.
Una adaptación a la pantalla de este "best seller" habrá sido un proceso difícil para el autor, sin embargo al ver su producto terminado, queda el espacio para alabar el esfuerzo, pues la película fluye y funciona principalmente por el guión lineal y las hermosas actuaciones de sus protagonistas que logran transmitir la delicadeza que tanto retrata el enfoque de Foekinos.
El gancho del filme, definitivamente es el hecho de Markus no sea necesariamente un "guapote" y esta particularidad física provoca líneas argumentales interesantes para que entendamos que el atractivo importa, pero más cautiva el saber ser uno mismo junto con la capacidad de amar y ser amado.
Lo que encontraremos en "La délicatesse" son finas gotas de encanto literario y detalles tiernos entre cada momento de drama y humor, lo que para algunos podrá resultar cualidades dignas de bostezos, y para otros poesía en movimiento constante en plena ciudad del amor.
Al final, romances como "La délicatesse" existen en la cotidianidad, lo que hace que el filme se identifique con nosotros mismos y permita ver que somos los detalles que tenemos con quienes nos encontramos en la vida.
Eso sí, si de romances entre gente fea se trata, también podremos revisar una selección de bellos títulos en vídeo entre los cuales se destacan: "Entre copas", de Alexandre Payne; "Buffallo 66", de Vincent Gallo; "The Holiday", de Nancy Meyer (por el idilio entre Jack Black y Kate Winslet); "Tal como éramos", de Syndey Pollack (con el perdón de la sexy Barbra Streisand); "Lost in translation", de Sofia Coppola; "Penelope", de Mark Palansky; "She's out of my league", de Jim Field Smith; "El joven manos de Tijera", de Tim Burton; "Punch, drunk love", de Paul Thomas Anderson; "Manhattan" y "Annie Hall", de Woody Allen; "La bella y la bestia", de Jean Cocteau; "Cyrano de Bergerac", de Jean-Paul Rappaneau y "El pescador de ilusiones", de Terry Gilliam (con una genial Amanda Plummer en la estación del tren que es el amor del personaje de Robin Williams).
No hay comentarios:
Publicar un comentario